miércoles, 26 de diciembre de 2012

Inferno

Iría con dicha al infierno vago
al dejar mi corazón necio de marfil 
junto a mi alma cómplice asesina 
en este dulce y profundo pantano. 
Iría solitario y ausente, asechante 
dejando efímera esta soledad infinita 
que se estampa en el día,  ceguedad.

Atravesaría a mil dioses blasfemos 
extinguidos por la acidez del olvido 
mi pies hastiados gritarían unísonos 
junto al inflamado vértigo, amenos.
Maldiciones bañadas de llanto claman a mis pies 
destilando un lúgubre Enero 
musitando lento, un grave adiós.


Llegaría al infierno y abriría sus puertas 
sería recibido con honores de guerrero  
Alzado por demonios tristes embebidos 
me darían  rosas muertas al despertar 
Maldito, lleno de irónicos suicidios 
Los dementes amantes enajenados me tomarían
y despertaría de pronto en el silencioso dolor.