"Elaboraba la sustancia de sus propios sueños y con
esos materiales fabricó un mundo para mí. Las palabras son gratis, decía
y se las apropiaba, todas eran suyas. Ella sembró en mi cabeza la idea
de que la realidad no es sólo como se percibe en la superficie, también
tiene una dimensión mágica y, si a uno se le antoja, es legítimo
exagerarla y ponerle color para que el tránsito por esta vida no resulte
tan aburrido.
(...)
De mí dependía la existencia de todo lo que
nacía, moría o acontecía en las arenas inmóviles donde germinaban mis
cuentos. Podía colocar en ellas lo que quisiera, bastaba pronunciar la
palabra justa para darle vida. "
miércoles, 23 de enero de 2013
Fragmento Eva Luna (Isabel Allende)
13:47